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burt glinn. Magnum Photos (Fuente: libération, 27/11/2016)

“Fidel Castro, un muerto muy tardío”, por Philippe Lançon (*)

Editorial de Libération, del 27/11/2016

Publicado: 2016-11-28

** Traducción libre desde el francés ** 

El otoño del patriarca fue un poco más largo de lo previsto. La muerte de Fidel Castro llega demasiado tarde – dieciséis años después del fin de un siglo de revoluciones donde él fue un epicentro, veintisiete años después del derrumbamiento de ese mundo comunista del cual Cuba fue la bailarina verde olivo, el símbolo romántico y la protuberancia tropical.   

Esta muerte había sido regularmente anunciada desde su salida del escenario político activo, tal como corresponde a los personajes que sobreviven en las cámaras frías de la Historia, en su propia mitología. ¡Y qué mitología la del “Líder Máximo”! Él encarnó sucesiva, o paralelamente, el sueño en acción, la juventud y el pueblo en el poder, el orgullo latinoamericano frente al gigante yankee, la insolente salsa revolucionaria, el verbo todopoderoso, la base del aire violentamente rojo, el genio cínico de la utilidad de las fuerzas internacionales, la ineptitud burocrática, el irrealismo económico, el ordenamiento de los intelectuales, la caza de homosexuales y disidentes, el desprecio por las libertades civiles, la respiración artificial de un sistema moribundo, la virilidad que da poder a las mujeres, la capacidad de recuperarse de todos sus defectos sin jamás morirse por tal revelación.

Fue por momentos el futuro, el instante y el pasado de una ilusión. Cuando los dos cuerpos del rey se unan finalmente en un ataúd de madera, el árbol mágico de la isla, recordaremos que con él, hace más de medio siglo, muchos pudieron creer que los 20 años era la edad más bella de la vida. Pero ellos envejecieron, como todo el mundo, aunque no como él: algo en Fidel extrañamente nunca cambió: sin duda este alumno prodigio de los jesuitas hizo un pacto con un diablo. La extinción del último de los monstruos del siglo pasado da en todo caso cuenta del fin del discurso político performante: de la fe sagrada en su virtud, en sus encantos, o simplemente en sus posibilidades. Esta fe está ahora disuelta en una globalización ávida, ciega, suficientemente estúpida y económicamente salvaje.

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* Redactor de Libération. Escritor francés, cronista del semanario satírico Charlie Hebdo. Fue uno de los sobrevivientes del atentado terrorista del 7 de enero de 2015 contra este semanario.

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Fuente: Artículo original en francés aquí 

Escrito por

Gisela Luján Andrade

Comunicadora (U.Lima) y politóloga (U.Sorbona / PUCP), con estudios de doctorado en Sociología (EHESS-Paris). Miembro Perú de SEHLAC. .


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La habitante

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